Del jueves 31 al viernes 8 de junio, Gimnasio Teatro ha dado vida, en un total de 19 funciones, a uno de los clásicos más irrepresentables de la literatura universal. El público, transportado a un infierno opresivo, encerrado en una "escenografía de nueve círculos", ha acogido con gran entusiasmo el trabajo profundamente emocional de estos jóvenes artistas.
La adaptación y el montaje de Pedro Olalla nos ha trasladado a un infierno actualizado, un infierno que comprende a su vez tanto los infiernos personales, como los universales (hambre, miseria, guerra, naúfragos); que recoge de raíz el drama humano atemporal, y encierra todas las preguntas sobre la existencia y sobre la muerte. La adaptación de Gimnasio Teatro propone una salida al infierno: el amor, personificado en Beatriz, pero entendido también como otras formas del amor: la solidaridad, la esperanza, la libertad personal.
El espacio onírico de este infierno se encontraba encerrado en un cuadrilátero, delimitado por una extensa red que separaba al espectador de la escena y sobre la que se proyectaban las imágenes imposibles que poblaban el infierno y el sueño de Dante.
Además del público general que asistió a las funciones nocturnas (de 20:00h a 21:20h) y de nuestro alumnado, otros centros de Málaga y uno de Granada han asistido como espectadores y han disfrutado del trabajo de nuestros actores y actrices: un reparto formado por un total de 33 artistas, la mayoría, alumnos y alumnas del Centro, y antiguos alumnos. Junto a éstos, hemos contado con otros artistas, como Pilar del Río y Daniel Godoy.
Proyección del reparto sobre la escena |
Las proyecciones y los contrastes lumínicos creaban paisajes imposibles, como infiernos de tonalidades versosas en algunas funciones, rojas, en otras...