domingo, 18 de junio de 2017

8ª sesión: Se cierra el telón


Del jueves 1 al viernes 9 de junio, en un total de veinte funciones, Gimnasio Teatro ha dado vida y alma a uno de los clásicos más importantes de la dramaturgia española, la Celestina. El público, entusiasmado y visiblemente emocionado, pudo vivir durante una hora y media todo el drama humano encerrado en la obra de Rojas, en un escenario "plagado de seres al borde de la locura". 

Parte del coro, pieza fundamental en los montajes de  Gimnadio Teatro

Daniel Reyes, nuestro joven Calixto; arriba, Celestina

Además del público general que asistió a las funciones nocturnas (de 20.00h a 21.30h) y de nuestro alumnado, un total de dieciocho centros de la provincia y uno de Granada han asistido como expectadores y han disfrutado del trabajo de nuestros actores y actrices: un reparto formado por un total de 27 alumnos y alumnas del Centro, más antiguos alumnos. Junto a éstos, hemos contado con Mª Luisa Sánchez, nuestra monumental Celestina, profesora del Centro, jubilada el pasado año, y otros artistas, como Pilar del Río y Daniel Godoy.


Pilar Del Río, nuestra Elicia.

Melibea y, al fondo, su madre, Alisa

La adaptación y el montaje de Pedro Olalla nos ha conducido a una Celestina actualizada, viva, que recoge de raíz el drama humano atemporal presentado en la obra que nos legó Fernando de Rojas. "La Celestina en los tiempos de Trump (...) sólo importan la podredumbre y la ambición; la apoteosis de la avaricia no tiene tiempo ni edad"

Carmen Aneas; el dolor de Alisa

Mª Luisa Sánchez, Celestina, con Sempronio, Alexis Rodríguez, exalumno del Centro.


Pedro Navas, como Pármeno; de fondo, parte del coro.

Celestina y Areusa




domingo, 4 de junio de 2017

7ª sesión: Preparativos

Lunes 29 mayo
El cartel

                            
Todo está preparado para el gran salto. Gimnasio Teatro se viste de estreno. Escenografía, vestuario, atrezo, nuestra Celestina va cobrando su forma. Éste último empujón es trabajo de todos.



Vestuario para La Celestina


Todo el atrezo va a sufrir un proceso de envejecimiento que va a ir confiriendo a objetos, enseres y vestuario un lugar en el espacio escénico de La Celestina.





Todos echan una mano para trasladar, limpiar, subir, bajar y montar elementos y estructuras que formarán parte del montaje final y que servirán para poblar el paisaje en el que se desenvolverá el drama. Un paisaje sombrío e intrincado, iluminado por antorchas de fuego; un escenario cercano al sentido estético  propio del feísmo, para el esperpéntico drama humano que sobrevive en nuestro siglo.